Querido Eduardo Galeano:
Nos han quitado los libros. Unos diez mil. Se encuentran detrás de una
tapia, encerrados. El fondo en cuestión lo componen libros de tres colectivos: La Biblio, la biblioteca del CSOA de Casablanca y todos los libros donados por el pueblo a BiblioSol, la biblioteca que surgió de la acampada de Sol el 15 de Mayo del 2011 y a la cual tan amablemente usted cedió, dedicadas, dos de sus obras.
También hemos de informarle que las suyas, además de otras doscientas, fueron salvadas del encierro, porque en nuestro protocolo de evacuación por un posible desalojo teníamos un orden de prioridad. Sí, lo sabemos, es sangrante poner un orden de prioridad a la literatura, pero por algún sitio había que empezar si no nos daban tiempo para llevarnos todos, como ha sido el caso, y los libros dedicados por los autores fueron los elegidos. Usted ha tenido suerte, no es el caso de Faulkner ni James ni Cortázar, que estoy segura de que si hubieran estado vivos y hubiesen tenido la oportunidad nos los habrían dedicado también. Porque el proyecto de difundir la cultura libre para todas y todos, que humildemente gestionamos, es precioso. Todo aquel que ame la literatura y sepa lo complicado que es juntar unas cuantas efusiones y darles formato de libro estaría con nosotros. Nos sentimos impotentes e indefensas ante este sistema que criminaliza antes a unos okupas, que a los dueños del edificio que, imputados, han robado al pueblo más de cuarenta millones de euros. Hemos de informarle, también, que detrás de la tapia se encuentran los instrumentos del colectivo de música, el equipo de luces del grupo de teatro, todo el material del taller de costura, del de fotografía, del taller de bicis, del de autoempleo…, el archivo físico del 15M, los juguetes de la guardería, entre un millón de cosas más… Todo eso albergaba nuestro centro social, CSOA Casablanca, y, todo, incluidas nuestras ilusiones, están tras la tapia para que las ratas lo destrocen a placer.
Le escribimos esta carta para informarle, porque sabemos que usted nos entiende, porque las personas que estamos en esto somos “Los hijos de los días” de los que habla en su último libro y porque haremos lo que haga falta para acabar con esta injusticia. Como usted bien escribe en la página 161: si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir.
Sin más nos despedimos. Esperamos que en la próxima comunicación podamos tener mejores noticias.
Con amor, fuerza y revolución.
BIBLIOSOL
25 Septiembre 2012